La
llegada del salvador del mundo
hace más de dos mil años fue el hecho histórico que ha trasformado a la humanidad, desde su llega
Jesucristo ha trastocado los cimientos
de la civilización que vivía en barbarie y esclavitud propiamente dicha donde
reinaba la opresión y el sufrimiento. Él ofrecía Paz, libertad, Perdón, vida
eterna. Esto provoco que sus seguidores llamados acertadamente cristianos vivieran una
vida conforme lo decía el Maestro Jesucristo.
Estas enseñanzas doctrinales
fueron en sus inicios del cristianismo trasmitida vía oral de generación
en generación. Y fue así por mucho tiempo hasta que fue necesario que esta
trasmisión oral fue plasmada en escritos.
Es asi como
surgen los primeros manuscritos acerca de las enseñanzas de Jesucristo que
fueron recopiladas en los evangelios
puesto que fueron más de uno y fue por interés humano, y político que se seleccionaron determinado número de
evangelios. Otro sustento para para esta
posición es la bíblica hebraica quinta que señala la verdad y coincidencias
doctrinales auténticas dejadas por el salvador de la humanidad. La iglesia
bautista afirma tener la visión de perpetuidad que asume que la fe
y la práctica bautista han existido desde los tiempos de Cristo, y la visión
sucesionista, o “sucesionismo bautista”, que sostiene que las Iglesias
bautistas existieron realmente en una cadena ininterrumpida desde la época de
Cristo.
Las Iglesias bautistas o baptistas son un grupo de
Iglesias cristianas evangélicas, vinculadas por unas creencias y organización
eclesiástica comunes, cuya doctrina distintiva es considerar que el bautismo
debe realizarse solamente a las personas que han recibido (creído) a Jesucristo
como su Señor y Salvador personal.
Aunque surgieron durante la Reforma, algunos
bautistas afirman que su origen llega hasta los tiempos de Jesucristo, esto es,
por el rastro que se mantuvo de la doctrina enseñada por Jesús y que
conservaron a través del tiempo a pesar de las persecuciones sufridas.
El historiador Bruce Gourley explica cuatro
opiniones principales sobre los orígenes bautistas: El moderno consenso de los
expertos de que el movimiento tiene su origen en el siglo XVII a través de los
separatistas ingleses, la visión de que fue una consecuencia de la tradición
anabaptista, la visión de perpetuidad que asume que la fe y la práctica bautista
han existido desde los tiempos de Cristo, y la visión secesionista, o
“secesionismo bautista”, que sostiene que las Iglesias bautistas existieron
realmente en una cadena ininterrumpida desde la época de Cristo.
El nombre bautista ' se originó con intenciones
despectivas por parte de los detractores. Posiblemente se usó este término por
primera vez en el idioma alemán (Taufer, 'bautista') en el siglo XVI, para
desacreditar al movimiento que se oponía al bautismo infantil (pues los
bautistas argumentaban que en la Biblia nunca fue bautizado ningún infante,
sino solo aquellos que, después de haber creído el Evangelio de Jesús,
profesaban la fe de Cristo). En el siglo XVII este nombre se usó en el idioma
inglés en Gran Bretaña.
En el diccionario de la Real Academia Española
(RAE) se utiliza un término para referirse a esta rama del protestantismo:
baptismo. Este vocablo es usado en España, mientras que en América simplemente
se les denomina bautistas. Se puede ver la distinción que se hace en España de
“baptismo”, refiriéndose a la doctrina protestante; y “bautismo”, refiriéndose
al sacramento.6 En América se utiliza “bautismo” para referirse a ambas
definiciones
El señorío de Jesucristo: este principio se
considera vital y del cual depende todos los demás. Como declaró John Smith en
1610 “Solo Jesucristo es Rey y Juez de la Iglesia y la conciencia”. Muchos
bautistas a través de la historia ofrendaron sus vidas por este principio.
Además, es rechazada toda jerarquía en la Iglesia fuera de Jesucristo. La asamblea
es gobernada por líderes y
siervos al servicio de Jesucristo, guiados por la Palabra y en la orientación
del Espíritu Santo. (Mateo 28:16-20; I Corintios 11:3; Filipenses 2:9-11;
Efesios 1:17-23; Colosenses 2:8-15).
toda la Biblia
es palabra de Dios, en ella Dios revela su voluntad para los seres humanos y
que es superior a las tradiciones, las experiencias y el intelecto. Además, es
la única fuente de autoridad y con ella debería terminar toda discusión
teológica. (Hechos 17:10-12; II Timoteo 3:16-17; II Pedro 1:19-21).
El bautismo del creyente: la práctica del bautismo
no comenzó con Juan el Bautista en el río Jordán, sino que era una práctica del
pueblo judío para con los prosélitos, y simbolizaba el compromiso de ser fieles
a la doctrina y a la Ley del pueblo de Dios. Sostienen que el bautismo es una
ordenanza de Dios, que todo discípulo debe obedecer, siempre que sea posible;
debe ejecutarse por inmersión, lo cual simboliza muerte con Cristo a la vida
vieja y resurrección a la vida nueva. El bautismo, por tanto, debe de ser para
personas convertidas y convencidas de la realidad de Dios y de la vida nueva
que Jesucristo ofrece. Debe ministrar el bautismo un ministro de la iglesia
local. (Mateo 3:13-17; Romanos 6:4-5; Hechos 8:36,38-39; Efesios 2:8-9; Lucas
23:42-43; I Corintios 1:17; Colosenses 2:12).
Libertad de conciencia (libre albedrío): es el
principio bautista que defiende el derecho que tiene cada ser humano de elegir
por sí mismo. Parte de la idea de que este derecho le ha sido concedido por
Dios, y, por lo tanto, cualquiera que lo viole se estará oponiendo al mismo
Dios. Por este principio muchos murieron a través de la historia, cuando la fe
era algo impuesto. Los padres de la Iglesia declararon: “Queremos creer según
el dictado de nuestra conciencia; como entendemos en la Biblia y no por lo que
otros digan que debemos creer a ciegas”. Este principio fue un gran aporte al
protestantismo en general. (Génesis 1:27, 3:22; Juan 1:12-13, 3:16, 10:27;
Marcos 8:34, Romanos 14:3-12).
El gobierno congregacional: la congregación local
tiene la máxima autoridad y poder de decisión, sin depender de otra Iglesia,
grupo de Iglesias, o persona alguna, para regir su destino. Esta, en sí, es la
oportunidad que tiene la comunidad de creyentes, para que sus miembros tengan
derecho a la participación plena en la toma de decisiones en asuntos
eclesiásticos, bajo la dirección del señorío de Jesucristo y según el modelo
del Nuevo Testamento. La Iglesia, sobre su autonomía, decide sobre los asuntos
trascendentes y no trascendentes, sintiendo que Jesucristo es la cabeza, las
Escrituras, la orientación y el Espíritu Santo su guía, el cual le ha de llevar
a toda verdad. Este principio se dice que nació con los anabaptistas en el
siglo XVI; y en 1524 fueron publicados algunos artículos que abogaban por el
congregacionalismo. John Smith, más tarde declaró que la misión de los líderes
y ancianos era supervisar, enseñar y predicar, pero la palabra final la tenía
la congregación. (Hechos 6:1-7; I Pedro 2:9; Efesios 1:22, 4:15).
La Cena del Señor: no sólo creen que es una
ordenanza, sino que están definidos por los bautistas algunos conceptos
teológicos: No es un sacramento con
poder de salvación de los que creen la
Tal afirmación, debe ser para creyentes en plena comunión con Cristo y su
iglesia.
El sacerdocio de los creyentes: Martín Lutero
retomó este principio en el siglo XV. Afirma que todo creyente tiene el derecho
y privilegio inalienable de comunicarse directamente con Dios, por medio de
Jesucristo, quien perdona los pecados. Es el Espíritu Santo quien ayuda a tener
comunión con Dios por medio de su palabra. En el Primer Congreso de la Alianza
Mundial Bautista en 1905, el Rev. Edgar Youg Mullins expresó en su mensaje:
“Todos los hombres
tienen iguales derechos de acceso a Dios”. (I Pedro
2:4-5, 9-10; Juan 14:13-14; I Corintios 12:7,12; hebreos 4:14-16).
Separación
de la Iglesia y el Estado: Aunque existe una corriente contradictoria, en este
punto se puede señalar que, así como el hombre tiene dos naturalezas
esencialmente: física y espiritual, también deben existir dos gobiernos que
respondan a dichas necesidades. Por otro lado, la organización de la Iglesia es
políticamente democrática o congregacional, a diferencia del concepto
episcopal. En la actualidad emerge una Iglesia participativa que vela por la
transformación del Estado y la sensibilidad de los gobernantes para con el
Evangelio. Pero no se acepta que el Estado interfiera y decida en asuntos
espirituales de la Iglesia. Y se debe obedecer las leyes del gobierno, hasta
tanto estas no entren en contradicción con la fe. (Hechos 5:29; Mateo 22:5-22).
La Gran Comisión: la evangelización del mundo no es
un derecho exclusivo de un sector de la Iglesia, como pastores, líderes y
diáconos. Esta Gran Comisión de hacer discípulos a todas las naciones, es un
derecho y responsabilidad de toda la Iglesia. “Cada cristiano debe ganar y
discipular a otra persona, como era normal que un profeta ungiera a su
sucesor”. (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-18; Hechos 1:8).
Fuente
Ramírez R (2016) ‘Los Bautistas ‘
JC Anderson - 2003 - books.google.com
RA Baker, RC Moore - 1978 - Casa Bautista de Publicaciones
J Anderson - El Paso: Casa Bautista de
Publicaciones, 1990
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